El Solomillo Wellington es un plato clásico que combina elegancia y sabor, perfecto para sorprender a tus seres queridos durante la cena de Navidad. Esta receta es una verdadera obra maestra culinaria. El solomillo de ternera se envuelve en una mezcla de champiñones (duxelle) y jamón serrano, todo ello cubierto con una crujiente capa de hojaldre dorado.
Aquí te explicamos cómo preparar este plato de manera sencilla, resaltando los detalles clave para lograr un Wellington digno de una celebración navideña.
Ingredientes
- 1 solomillo de ternera de unos 1.2 kg
- 250 g de champiñones
- 100 g de jamón serrano o prosciutto
- 2 cucharadas de mostaza de Dijon
- 500 g de hojaldre
- 1 huevo batido (para pintar el hojaldre)
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal Maldon® al gusto
- Pimienta negra recién molida
Pasos a seguir para el Solomillo Wellington
1. Preparar el solomillo Wellington
Comienza sellando el solomillo de ternera. Calienta una sartén con un poco de aceite de oliva y, cuando esté bien caliente, dora el solomillo por todos sus lados. El objetivo es formar una capa exterior dorada mientras el interior se mantiene jugoso.
Después, añade una pizca de sal Maldon para realzar los sabores y un toque de pimienta negra. Retira del fuego y deja reposar. Mientras el solomillo se enfría, úntalo con la mostaza de Dijon para aportar un toque de acidez que equilibrará los sabores.
2. Duxelle de champiñones
La duxelle es una pasta de champiñones aromática y sabrosa que dará profundidad al plato. Pica finamente los champiñones y sofríelos en una sartén sin aceite a fuego medio. Queremos que los champiñones suelten todo su líquido, lo que llevará unos 10 minutos.
Una vez estén secos, añade un chorrito de aceite de oliva, salpimenta ligeramente y cocina hasta que estén dorados. Deja enfriar.
3. Montar el Wellington
Coloca una capa de film transparente sobre la superficie de trabajo y extiende las lonchas de jamón serrano, asegurándote de que se solapen.
Encima del jamón, coloca la duxelle de champiñones de manera uniforme. Después, coloca el solomillo en el centro y, con la ayuda del film, envuelve todo formando un cilindro compacto. Guarda en la nevera durante 15-20 minutos para que se asienten los sabores y sea más fácil manejar.
4. Hojaldre dorado
Extiende el hojaldre en una superficie de harina. Retira el film del solomillo y colócalo en el centro de la masa de hojaldre. Envuelve el solomillo con el hojaldre, asegurándote de que los bordes queden bien sellados. Puedes usar un poco de huevo batido en los extremos para pegar el hojaldre. Luego, pincela todo el Wellington con el huevo batido, lo que le dará un hermoso acabado dorado.
Si te sientes creativo, puedes decorar la superficie con recortes de hojaldre.
5. Hornear
Precalienta el horno a 200°C. Coloca el Solomillo Wellington en una bandeja de horno forrada con papel pergamino y hornea durante 25-30 minutos, o hasta que el hojaldre esté dorado y crujiente. Si deseas un punto de cocción medio, retira del horno cuando el interior alcance los 55-60°C. Deja reposar durante 10 minutos antes de cortar.
6. Presentación final del Solomillo Wellington
Una vez reposado, corta el Solomillo Wellington en rodajas gruesas. Sirve cada porción con una pizca de sal Maldon por encima para potenciar la textura crujiente del hojaldre y el sabor de la carne. Acompaña con una guarnición de vegetales asados o puré de patatas cremoso.
Consejos para un Solomillo Wellington perfecto
- Usa ingredientes de calidad. El solomillo debe ser fresco y de buena procedencia. La sal Maldon es ideal para sazonar tanto la carne como el hojaldre, ya que sus escamas crujientes aportan un toque de textura y sabor inigualable.
- Temperatura adecuada. Es clave dejar reposar el Wellington antes de cortarlo, para que los jugos se redistribuyan y no se escape el sabor al cortar.
- Atención al hojaldre. El hojaldre debe quedar dorado y crujiente. Si ves que se está dorando demasiado rápido, puedes cubrirlo con papel de aluminio hacia el final de la cocción.
Con estos pasos, tendrás un Solomillo Wellington delicioso y digno de la mesa navideña, con ese toque especial que solo la sal Maldon puede brindar. ¡Felices Fiestas y buen provecho!
