
Cuando hablamos de atún, solemos pensar en frescura y textura, pero ¿y si te dijéramos que el secreto de una ventresca inolvidable no está solo en el pescado, sino en la sal? La ventresca de atún soasada con Sal Maldon® ahumada rompe con lo de siempre: carne jugosa, marcada al fuego y macerada en ajo, guindilla y vinagre de Jerez. Cada loncha combina humo, intensidad y contraste, convirtiendo este plato en un verdadero golpe de sabor.
Ingredientes (para 2–3 personas)
- 500 g de ventresca de atún
- 2 dientes de ajo
- 100 ml de aceite de oliva virgen extra (AOVE)
- 25 ml de vinagre de Jerez
- 1 guindilla
- Escamas® de Sal Maldon ahumada
Preparación ventresca de atún
- Seca la ventresca y retira la piel. Úntala con un poco de AOVE y espolvorea con escamas de Sal Maldon ahumada. Marca la ventresca con un soplete o en una sartén antiadherente hasta que adquiera un bonito color dorado.
- Pela y filetea los ajos. Corta la guindilla por la mitad y retira las semillas para que no domine el plato.
- Calienta el AOVE, añade el ajo y la guindilla hasta que se doren ligeramente. Retira del fuego y agrega el vinagre de Jerez, tapando la mezcla hasta que deje de chisporrotear.
- Da un último hervor suave y vierte la mezcla caliente sobre la ventresca marcada.
- Deja enfriar a temperatura ambiente, cubre con film transparente y macera en la nevera durante toda la noche.
- Al día siguiente, gira la ventresca para que se impregne de manera uniforme. Sirve a temperatura ambiente, cortada en lonchas de 3–5 mm, y disfruta del contraste de la sal ahumada con la suavidad de la ventresca.
El toque final
La pregunta queda en el aire: ¿te quedas con lo de siempre o te atreves a probar el verdadero carácter del fuego y la Sal Maldon? Cada loncha es una experiencia: humo, intensidad y una textura que solo una sal de calidad puede ofrecer.
