Categoría: Uncategorized

Esta es la receta de un delicioso jamón condimentado con ron, perfecto para el periodo festivo, que se puede servir en Nochebuena o en Nochevieja y que combina perfectamente con repollo morado cocido a fuego lento y patatas gratinadas. Es sorprendentemente fácil de preparar y, con las sobras, ¡se pueden preparar los mejores sándwiches! 

Tradicionalmente, el jamón solía dejarse en remojo toda la noche para reducir la cantidad de sal del curado. Sin embargo, actualmente, los carniceros llevan a cabo un curado que no lo necesita. En caso de duda, sin embargo, consúltelo antes con su carnicero. 

Tome una olla grande (suficientemente grande para que quepa el jamón) y llénela hasta la mitad con agua. Añada la melaza negra al agua y mezcle bien. Luego, coloque el jamón y añada un poco más de agua fría hasta que cubra el jamón. A continuación, agregue las hojas de laurel, la media naranja, la rama de canela, el anís estrellado, los granos de pimienta negra y los clavos. Luego, colóquelo en el fuego, lleve el agua a ebullición, que reduzca a fuego lento y déjelo hervir a fuego lento durante 2 horas y 30 minutos. Si es necesario, rellene el nivel de agua para asegurarse de que el jamón queda cubierto uniformemente.

Precaliente el horno a 180ºC. 

Pasadas 2 horas y 30 minutos, retire el jamón del fuego y déjelo enfriar ligeramente antes de sacarlo con cuidado de la olla con agua. 

Coloque el jamón en una bandeja para hornear grande y, con un cuchillo afilado, marque la piel en forma de diamante. En un bol pequeño, mezcle el ron especiado, las 2 cucharadas de melaza negra, la mostaza de Dijon, la sal Maldon y una cucharada de aceite de oliva. Use una brocha de pastelería para pintar todo el jamón con este glaseado. Luego, colóquelo en el horno durante 15-20 minutos. Retírelo del horno y píntelo de nuevo con el glaseado restante. 

Deje reposar el jamón durante 30 minutos antes de cortar y servir. 

La porchetta es una maravillosa alternativa al pavo como plato fuerte para las fiestas. Es originaria de Italia y consiste en una panceta de cerdo enrollada rellena con hierbas aromáticas. Se cocina a fuego lento para obtener una carne blanda y tierna pero con una deliciosa corteza exterior crujiente. Sirva esta porchetta con patatas asadas al romero y verduras frescas salteadas. 

Empiece preparando la carne de cerdo. Marque la piel de la panceta con un cuchillo haciendo líneas en ángulo por toda la piel, luego resérvela en la nevera sin tapar durante la noche (así se secará la humedad de la piel y se asegurará de que la corteza quede muy crujiente). 

Mientras tanto, puede preparar el relleno de la porchetta. Con el aceite de oliva, sofría ligeramente la cebolla con una pizca de sal Maldon durante 5 minutos hasta que se ablande. A continuación, añada el ajo picado y las semillas de hinojo y sofría durante 2 minutos más. Retire del fuego y viértalo en un bol para enfriar. Una vez enfriado, incorpore la ralladura de limón, los pistachos picados, la salvia, el perejil, el pan rallado y condimente con la sal Maldon y la pimienta negra molida. Mezcle bien y déjelo reposar. 

Precaliente el horno a 200ºC.

Cuando esté a punto para cocinar la carne, sáquela del frigorífico. Colóquela sobre una tabla con la piel hacia abajo y cubra la carne con la mezcla de relleno. Con hilo de carnicero, enrolle cuidadosamente la carne y átela firmemente por 3 o 4 lugares para que se mantenga enrollada. 

Coloque la panceta enrollada en una bandeja para hornear y rocíe la piel con aceite de oliva, espárzalo bien y espolvoree generosamente con sal Maldon. Coloque la bandeja en el horno precalentado durante 30 minutos hasta que la corteza esté crujiente y dorada. Entonces, baje el horno a 180ºC y hornee la panceta durante 2 horas más. Si la corteza empieza a verse un poco demasiado oscura, puede cubrirla con un poco de papel de aluminio. 

Pasado el tiempo de cocción, retire la porchetta del horno y deje reposar unos 20 minutos hasta que esté lista para servir.

Estas dulces galletas festivas son un maravilloso dulce para regalar a los amigos y son muy divertidas de hacer con los niños. Se condimentan con los navideños sabores de la canela, el jengibre, la nuez moscada y el clavo y luego se glasean con unos bonitos dibujos como decoración. Las galletas se pueden conservar en un recipiente hermético durante 1 semana.

Con una batidor eléctrico o una batidora, empiece batiendo la mantequilla y el azúcar moreno (asegúrese de que la mantequilla se haya ablandado a temperatura ambiente antes de batirla). Cuando la mezcla esté pálida y esponjosa, añada la melaza y el extracto de vainilla y vuelva a mezclar. 

En un bol aparte, mezcle los ingredientes secos: la harina común, la sal Maldon, el bicarbonato de sodio, la canela, la nuez moscada, el jengibre y los clavos. Añada los ingredientes secos a la mezcla de mantequilla por fases y luego mezcle hasta formar una masa suave. Envuelva la masa en film transparente y déjela enfriar en el frigorífico durante una hora.

Precaliente el horno a 170ºC. 

Una vez que la masa se haya enfriado, retírela del frigorífico y, en una superficie ligeramente enharinada, extienda la masa hasta que tenga aproximadamente ½ cm de grosor. Use cualquier cortador que tenga para recortar formas (figuras de pan de jengibre, estrellas, árboles de Navidad, bastones de caramelo) y ¡diviértase! Coloque las galletas en una bandeja para hornear cubierta con papel de horno con varios centímetros de separación (quizás necesite un par de bandejas). Coloque las bandejas en el horno precalentado y hornéelas durante 14-15 minutos hasta que las galletas estén un poco más oscuras y bien cocidas. Retírelas del horno y déjelas enfriar ligeramente antes de colocarlas encima de una rejilla para que se enfríen por completo. 

Para preparar el glaseado, coloque los 500 g de azúcar glas en un bol y añada 1 cucharada de agua, mezcle hasta formar una pasta. Vaya añadiendo pequeñas cantidades de agua hasta lograr la consistencia deseada. El glaseado debe ser lo suficientemente espeso para pasarlo por la manga y que mantenga la forma. Una vez lograda la consistencia adecuada, coloque el glaseado en una manga pastelera con una boquilla pequeña y decore las galletas enfriadas como desee.

La langosta, los langostinos y las cigalas suelen considerarse exquisiteces para ocasiones especiales, con lo que esta receta de barbacoa con mayonesa de siracha ahumada y mantequilla con hierbas es perfecta para un espectacular festín navideño.

Empiece mezclando la mantequilla de hierbas con el marisco. En un bol pequeño, mezcle la mantequilla ablandada con sal Maldon, pimienta negra molida, el perejil y el cilantro picados. Reserve. 

La manera perfecta de cocinar el marisco es en una barbacoa caliente pero, si no tiene, una plancha servirá también. Asegúrese de que esté a una temperatura de media a elevada, y empiece asando las mitades de langosta. Colóquelas con la parte de la carne hacia abajo hasta que la carne esté rosada y ligeramente carbonizada. Los caparazones se pondrán de color rosado anaranjado también, y será entonces cuando sabrá que la langosta está cocida. Haga lo mismo con los langostinos y las cigalas, aunque estos tardarán menos tiempo en cocer. 

Mientras se esté asando el marisco, puede poner en la plancha un poco de limón para acompañar. Simplemente, incorpore las mitades de limón hacia abajo en la parrilla y déjelas cocinar y carbonizar durante 3 minutos.

Una vez cocido todo el marisco, apílelo en una fuente grande para servir y, con una brocha de pastelería, pinte toda la carne con la deliciosa mantequilla con hierbas, dejando que se derrita. Coloque también el limón a la plancha en la fuente para servir. 

En un bol pequeño, mezcle la mayonesa y la siracha. Sirva con la fuente de marisco a la barbacoa y ¡que empiece el festín!

Esta receta se basa en el tradicional trifle inglés pero le da un toque navideño añadiéndole clementina, cardamomo, amaretto y pistacho. No sólo tiene un sabor increíble, sino  que además es un postre espectacular para cualquier mesa navideña. 

Empiece preparando la crema inglesa. En un bol grande, mezcle las yemas de huevo con el azúcar dorado en polvo hasta que queden pálidas y espesas. Luego, añada la harina de maíz y mezcle de nuevo. En una sartén, caliente los 450 ml de leche entera, los 250 ml de nata doble, las 6 vainas de cardamomo y la pasta de vainilla suavemente hasta escaldar. A continuación, retire del fuego y vierta gradualmente en la mezcla de huevo con un colador para separar las vainas de cardamomo, batiendo al mismo tiempo hasta añadir toda la leche y la nata y obtener una mezcla homogénea. Limpie la sartén y vierta de nuevo la crema. Vuélvala a poner en el fuego y caliéntela a fuego lento, removiendo continuamente con una cuchara o espátula de madera hasta que quede espesa. 

Retire la crema del fuego y viértala en un bol. Cúbrala con film transparente para evitar que se forme una piel y colóquela en el frigorífico para que se enfríe.  

Necesitará una copa grande para montar el postre. Empiece con las clementinas, pélelas y córtelas en rodajas de aproximadamente 1 cm de grosor. Coloque las rodajas de clementina alrededor del fondo de la copa de manera que se apoyen en los lados. A continuación, coloque las rebanadas de bizcocho de Madeira en el fondo del recipiente (se pueden usar para mantener las rodajas de clementina levantadas) y vaya formando capas hasta que haya usado todo el bizcocho. 

A continuación, rocíe las capas de bizcocho de Madeira con las 3 cucharadas de amaretto. La siguiente capa es la crema inglesa. Retire la crema enfriada de la nevera y viértala sobre la capa de bizcocho. 

Finalmente, vierta los 600 ml de nata doble en un bol grande y añada el azúcar glas y una pizca de sal Maldon; a continuación, con un batidor de globo o una batidora eléctrica bata la nata hasta que empiece a formar picos suaves. Añada 60 ml de amaretto y vuelva a batir, asegurándose de no batir demasiado, porque querrá obtener unos picos medianos que no sean demasiado rígidos. 

Coloque la nata sobre la capa de crema inglesa y use el dorso de la cuchara para crear picos suaves en la parte superior. Decore la parte superior del trifle con las galletas amaretti trituradas, los pistachos picados, las uchuvas y pan de oro, si lo desea. Sírvalo.

Esta receta vegetariana de Wellington es un fantástico plato principal para cualquier mesa navideña vegetariana. Lleva remolacha, calabaza, lentejas y castañas, todo envuelto en una maravillosa masa crujiente que hará que nadie eche en falta la carne. 

Precaliente el horno a 180ºC. 

Empiece con la calabaza. Coloque los dados en una bandeja para hornear y rocíela con un poco de aceite, sal Maldon y pimienta negra molida. Póngala al horno y ásela durante 20 minutos hasta que quede blanda y cocida. 

Mientras tanto, en una sartén grande, caliente 1 cucharada de aceite. Cuando el aceite esté caliente, añada la cebolla picada y sofría durante 5 minutos hasta que se ablande. Añada a la cebolla el ajo picado y cocine 2 minutos más. A continuación, incorpore los champiñones cortados y siga cocinándolos unos 5-8 minutos hasta que se hayan ablandado y empiecen a caramelizarse. 

Una vez cocidos los champiñones, añada la salvia picada y las hojas de tomillo, seguido por las lentejas puy cocidas y la nata doble. Deje sofreír durante 3 minutos, mezclando bien para que todo quede homogéneo. Retire del fuego y agregue las castañas cocidas desmenuzadas, la sal Maldon, la pimienta negra molida y la calabaza cocida. Reserve y deje enfriar. 

Una vez que la mezcla se haya enfriado, ya lo puede montar. 

En una superficie ligeramente enharinada, extienda el bloque de pasta de hojaldre hasta obtener un rectángulo de aproximadamente 30 x 40 cm y 1 cm de grosor. En este punto, levante con cuidado la pasta enrollada y colóquela en una bandeja para hornear cubierta con papel de horno. A continuación, coloque con la cuchara el relleno enfriado y extiéndalo uniformemente, dejando un borde de 2,5 cm por arriba y un borde de 1 cm alrededor del resto de los bordes. Luego, tome las remolachas cocidas y asegúrese de que cualquier exceso de líquido se haya secado. Elija remolachas de tamaño similar y colóquelas en una hilera en el medio. 

Tome uno de los lados largos y levántelo cubriendo la remolacha para envolverla. Pellizque la masa en los puntos de unión y haga que la línea de unión del Wellington quede debajo. Pellizque también la masa en cada extremo del Wellington, y recorte cualquier exceso.

Use la masa sobrante para crear tiras largas y decore la parte superior del Wellington en forma de cuadrícula (opcional), y píntelo todo con el huevo batido. 

Coloque el Wellington en la nevera durante 30 minutos como mínimo (pero cuanto más tiempo, mejor) para que se enfríe. 

Cuando esté listo para hornear, retire el Wellington enfriado del frigorífico y colóquelo en el horno precalentado. Hornéelo durante unos 40-45 minutos hasta que la pasta esté dorada y crujiente. Retírelo del horno y déjelo reposar unos 10 minutos antes de cortar y servir. 

Primero hay que hacer la masa quebrada dulce. Esto puede hacerse con un robot de cocina o a mano. Coloca la harina común en el bol del robot y añade una pizca de sal Maldon y la mantequilla fría cortada en cubos. Batir hasta que parezca pan rallado (intentar no mezclar demasiado). Mezcla el azúcar glasé. A continuación, añadir la yema de huevo y volver a batir hasta que se forme una masa.

Si lo estás haciendo a mano, utiliza las yemas de los dedos para integrar la mantequilla en la harina. 

Vuelca la masa sobre un film transparente y presiona hasta darle forma de disco, envuélvela en el film transparente y métela en la nevera para que se enfríe durante 20 minutos.

Precalienta el horno a 180ºC.

Cuando hayan pasado 20 minutos, saca la masa de la nevera. Espolvorea ligeramente una superficie de trabajo con harina común y, a continuación, utiliza un rodillo para extender la masa hasta obtener un círculo grande, de aproximadamente 1 cm de grosor y lo suficientemente grande como para llenar un molde para tartas de 20 cm. Levanta y forra el molde de la tarta con la masa, asegurándote de ajustarla bien en las esquinas. Usa el rodillo para quitar lo que sobre en la parte superior. Pincha ligeramente la base de la masa con un tenedor. A continuación, utiliza un poco de papel de horno y bolas de hornear para forrar la base del molde relleno, listo para ser horneado «a ciegas».

Coloca el molde en la parte central del horno precalentado y hornea durante 15 minutos, después retira el papel y las bolas de hornear y vuelve a hornear durante otros 10 minutos. Debe tener un color dorado pálido y un tacto similar al de la tiza.

Saca la tarta del horno y resérvala. Ahora pasaremos a preparar el relleno de frangipane de pistacho. Tritura bien los pistachos. En un robot de cocina o con un batidor de mano eléctrico, batir la mantequilla derretida con el azúcar y añadir una pizca de Sal Maldon. Bate hasta que la mezcla esté pálida, y sea ligera y esponjosa. Añade los huevos y vuelve a batir. A continuación, añade los pistachos triturados, las almendras molidas y 1 cucharada de harina común y mezcla todo hasta que quede homogéneo.

Vierte este frangipane en el molde de la tarta horneada y alisa la parte superior. Reparte las cerezas por la parte superior y presiónalas muy ligeramente. Salpica las almendras laminadas por encima y mete la tarta en el horno durante 40 minutos hasta que el frangipane esté ligeramente dorado por encima y se haya hinchado.

Retira del horno y deja que se enfríe durante al menos 20 minutos antes de cortar y servir con azúcar glasé espolvoreado.

Precalienta el horno a 150ºC.

Empezamos preparando la carne de cerdo. Se trocea la carne en trozos de 2-3 centímetros. En un recipiente grande, mezcla las semillas de hinojo, los copos de guindilla, el comino molido, el zumo y la ralladura de naranja, el puré de tomate, la pasta de chipotle, los dientes de ajo y la sal hasta formar una pasta. Añade los trozos de cerdo a la pasta y revuélvelos para que queden bien cubiertos por las especias.

En una cazuela grande de fondo grueso, calienta 1 cucharada de aceite de oliva. Añade la carne de cerdo y fríela por todos los lados hasta que esté dorada y la grasa se haya deshecho; es posible que tengas que hacerlo por tandas. Cuando se haya dorado, retíralo con una espumadera. Manteniendo la sartén en el fuego, desglasa todos los trozos pegados al fondo de la sartén, utilizando 2 cucharadas de agua y 2 cucharadas de miel. Déjalo hervir y raspa el fondo de la sartén con una cuchara de madera para despegarlo.

A continuación, se vuelve a añadir la carne de cerdo dorada a la cazuela. Vierte el caldo de verduras en la sartén, debe llegar hasta la mitad de la carne, pero si necesitas más, añade agua. Se tapa la cazuela y se mete en el horno precalentado durante 2 horas.

Mientras se cocina la carne de cerdo, hay que preparar las cebollas en escabeche. Corta las cebollas en rodajas finas y colócalas en un bol pequeño. En una sartén se calienta el vinagre, el azúcar y la Sal Maldon. Se calienta lentamente hasta que el azúcar y la sal se hayan disuelto, y se vierte el líquido caliente sobre las cebollas cortadas. Mezcla las cebollas y deja que reposen. Se aplastarán y ablandarán, adquiriendo un maravilloso color rosa.

Cuando hayan pasado 2 horas, comprueba la carne de cerdo. Saca la cazuela del horno y, con dos tenedores, empieza a separar la carne; algunas partes estarán todavía un poco duras. Una vez que hayas separado todo lo que puedas, vuelve a colocar la tapa en la cazuela y ponla de nuevo en el horno durante una hora más.

Justo antes de que la carne esté lista es el momento de preparar el resto de los elementos de los tacos. En un bol pequeño se mezclan el yogur natural y la pasta de chipotle. Deshuesa los aguacates y córtalos en rodajas, luego exprime un poco de lima sobre ellos para evitar que se oxiden. En una sartén pequeña, calienta los tacos un par de minutos por ambos lados.

Cuando hayan pasado 3 horas, saca la carne de cerdo del horno. Ya debería estar blanda y ser fácil de separar con el tenedor.

Sirve los tacos con una cucharada del yogur de chipotle, un poco de cerdo desmenuzado, rodajas de aguacate, cebollas rojas encurtidas y un poco de cilantro. Exprime un poco de zumo de lima y añade una última pizca de Sal Maldon, ¡y a disfrutar!

Precalienta el horno a 180ºC.

En una bandeja de horno forrada con papel de aluminio, coloca los dos lomos de salmón con la piel hacia abajo. Rociar con 1 cucharada de aceite de oliva y sazonar con pimienta negra molida y una pizca de Sal Maldon. Mételo en el horno precalentado durante 15 minutos hasta que esté bien hecho. Retira del horno.

Mientras se cocina el pescado, prepara las verduras salteadas. En una sartén grande, calienta la otra cucharada de aceite de oliva. Cuando esté caliente, añade los espárragos, las verduras de primavera y la achicoria. Saltea las verduras durante 3 minutos hasta que se ablanden y estén hechas. Sazona las verduras con pimienta negra molida, una pizca de Sal Maldon y un chorrito de zumo de limón.

Reparte las verduras en dos platos. Coloca el lomo de pescado encima y adórnalo con ramitas de eneldo y gajos de limón para exprimir por encima.

Esta receta de masa de pizza es increíblemente sencilla y solo se necesita hacer una prueba antes de usarla. Esta receta lleva tomate, mozzarella, jamón (prosciutto), parmesano y rúcula, pero puedes ponerle lo que quieras.

Empieza por hacer la masa de la pizza. Pon la harina en un bol grande y espolvorea la Sal Maldon, mezclando bien. A continuación, haz un hueco en el centro de la harina. En una jarra combina el agua tibia, la levadura, el azúcar y el aceite de oliva y bátelo todo. Deja reposar la mezcla durante 3 minutos.

Cuando hayan pasado los 3 minutos, viértela en el hueco de la harina. Con una cuchara de madera, incorpora lentamente la harina a la mezcla húmeda. Cuando empiece a integrarse, emplea las manos para formar la masa. Colócala en una superficie de trabajo limpia y amasa la masa hasta que esté bien unida. A continuación, sigue amasando durante 10 minutos hasta obtener una masa suave y flexible.

Engrasa ligeramente un bol grande y, después, coloca la masa en el bol y cúbrela con film transparente. Sitúa el bol en un lugar templado y deja que fermente durante 1 hora hasta que doble su tamaño.

Precalienta el horno a 220C y coloca una piedra para pizza (si tienes) o una bandeja grande en el horno para que se caliente.

Mientras la masa se está fermentando, mezcla la base de tomate para las pizzas. En un recipiente pequeño, mezcla el puré de tomate (passata), el ajo rallado, el orégano seco y mucha Sal Maldon y pimienta negra molida. Reserva.

Al cabo de una hora la masa debe haber doblado su tamaño. A continuación, retira el film transparente y golpea la masa para sacarle el aire y dale un amasado rápido. Después, divide la masa en 4 bolas iguales.

Sobre un trozo de papel de horno, espolvorea generosamente la sémola antes de extender una de las bolas de pizza hasta unos 25 cm de diámetro, dejando un anillo ligeramente más grueso alrededor del borde para la corteza. A continuación, se echa un poco de la mezcla de puré de tomate y se extiende una capa fina y uniforme sobre la base, pero dejando hueco para la corteza. Cubrir con un poco de mozzarella y jamón. A continuación, coloca la pizza en una bandeja caliente del horno y cocínala durante 10 minutos.

La pizza está lista cuando la corteza se ha hinchado y dorado, y la mozzarella se ha derretido y ha quedado aceitosa. Saca la pizza del horno y cúbrela con escamas de cayena, virutas de parmesano y rúcula fresca. Por último, rocía con un poco de aceite de oliva virgen extra y una última pizca de Sal Maldon y pimienta negra molida. Corta la pizza y… ¡a disfrutar!